AIQS NEWS 84 (CAST)
32 AIQS News 84 Joan O. Grimalt nos explica: ¿Qué puede pasar cuando subes a una montaña para estudiar la contaminación? Las montañas son los lugares más remotos de los continentes, y sus ecosistemas son muy interesantes para comprender cuál es el impacto de la contaminación que se transporta globalmente. Los lagos de alta montaña sirven de ecosistemas centinela. Con mi grupo de investigación hemos trabajado a menudo en las montañas de Europa y de América. Estamos hablando de áreas donde hay lagos (agua líquida) en algún periodo del año, por lo tanto, las altitudes máximas están alrededor de los 3.000 metros. Para ir a estas zonas no hay que hacer escalada, se va a pie y, si se tiene que transportar mucho de material, se va en helicóptero. Hay varias anécdotas relacionadas con esta actividad. Sorprendentemente, uno de los problemas principales lo tenemos en los aeropuertos. Ya antes del episodio desgraciado de las torres gemelas había complicaciones. Aeropuertos En junio del 2005 teníamos que analizar los contaminantes orgánicos en el agua del lago Gossenköllesee, en los Alpes del Tirol (Austria). Ya estaba todo el equipo en el lugar con la instrumentación de muestreo. Yo todavía tenía que llegar y llevaba un elemento esencial: las baterías de Ni/Cd, que se utilizaban para hacer funcionar la bomba de aspiración y filtración de agua. Volé de Barcelona a Zúrich con seis cajas de cartón atadas con una cuerda, donde estaban las baterías. Llevaba el paquete como equipaje de mano para evitar pérdidas o retrasos en la facturación de las maletas. En Zúrich tenía que coger un vuelo hasta Innsbruck. Al sacar la tarjeta de embarque nueva, porque cambiaba de compañía, el chico que hacía la facturación me dijo bromeando: - Qué hay en estas cajas? Contesto con buen humor: - Baterías. Entonces me dice: - Pues no pueden pasar. Y yo respondo: - Sí que pueden pasar. Ya han pasado en el vuelo de Barcelona a Zúrich. Yo tenía claro que, si aquel chico no me dejaba pasar con las baterías, me arruinaba la campaña. Las baterías tenían unas dimensiones especiales y no se encontraban en las tiendas, para comprarlas había que encargarlas. Sería imposible encontrarlas en Innsbruck. Después de más discusión el chico dice: - Pues avisaré al jefe de seguridad de la línea. Y le contesto: - Avísalo. Cuando vino el jefe de seguridad de la línea me dijo que no podían pasar. Y yo que sí. Mientras tanto, pensaba: “Qué problema hay con las baterías?” Concluí que con esta palabra quizás se imaginaban baterías de coche, con ácido sulfúrico. Entonces les dije: - Esto no son baterías de coche, con ácido sulfúrico, sino baterías de juguete, pero más gordas. No me atreví a decir que eran de Ni/ Cd por si todavía lo estropeaba más.
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