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¿Qué sucedió en 1971?
Las efemérides nos permiten situarnos en el tiempo pasado, como por ejemplo “No tengo ni puñetera idea de lo que sucedió en Liverpool en 1587” y eso me fastidia bastante, las cosas como son. O en el futuro: “Hoy nace en Talavera un niño que no será absolutamente nada en la vida y, mucho menos, Arcipreste”.
Las efemérides del año 1971 nos indican que: Suiza permite votar a las mujeres – Gran Bretaña adopta el sistema decimal – Mercedes Benz inventa el airbag – España instaura el teléfono de la esperanza. Nacen: Sergi Bruguera – Josep Guardiola – Carme Chacón – Paulina Rubio – Fraga Iribarne cumple sus primeros 100 años. Mueren: Harold Lloyd – Igor Strawinski – Nikita Kruschov – Teodor Svedberg, premio Nobel en Química por sus trabajos sobre “fisicoquímica de los sistemas dispersos” (habrá referencia más adelante). Nada muy relevante.
Pero, sobre todos estos acontecimientos, destaca el de que, el 5 de Mayo y bajo la advocación de los Santos Argón, Neón y Kriptón, nobles y de los Beatos Flúor, Cloro, Yodo y compañeros halógenos se crean las Jornadas de Estudios Alimentarios
Examinadas las posibilidades de titulación:
– Charla: Conferencia en mangas de camisa
– Conferencia: Charla con corbata
– Mesa redonda: 4 conferenciantes que disponen de 15 minutos cada uno para exponer su visión del tema. El primero se toma 20 minutos. El segundo se alarga hasta 25. El tercero es advertido por el moderador cuando lleva 30 y el último sólo puede decir “pues yo tampoco”.
– Workshop: Unas horas discutiendo de un tema entre pertenecientes a la misma Empresa y que termina con el asentimiento unánime a lo que haya dicho el Jefe.
– Jornadas: 2-3 días hablando de temas diversos.
– Simposio: 1-2 días hablando del mismo tema.
– Seminario: Unas horas hablando de un trocito de cosa a dos o tres desgraciados que se han visto obligados a asistir.
– Congreso: Lo mismo que Jornadas pero con extranjeros y vino de honor.
– Concilio: Reservado a latino-parlantes.
Se eligió la titulación de Jornadas. Es norma prudente no reunir en la misma oración cerrada un sujeto femenino (Jornada) con otro masculino (Estudio) y, si no es posible evitarlo porque el discurso así lo exige, hay que separarlos mediante un adverbio de modo, una preposición (de) o una conjunción disyuntiva (¡jamás jamás copulativa!).
¿Cuál era el objeto? Básicamente de apoyo a la labor comercial de cada ponente. El cliente tiene un distinto comportamiento si se le visita (se siente seguro, juega en su campo, está a la defensiva: “vienes a vender”….) que si oye el mismo discurso técnico en un ambiente universitario (“¡qué interesante lo que expuso!… venga a verme”). Esto se consiguió desde el principio pero también importaba la credibilidad y el prestigio a través de la continuidad. La luz que guía es mucho más eficaz si lo hace con ritmo, como la del faro.
Muchas otras Jornadas iniciadas por las mismas fechas fueron desapareciendo como estos tristes ríos del desierto de Takla-Makán que se agostan antes de llegar al mar. Todos caminan, pocos dejan huellas. El río de nuestras Jornadas sigue. Un largo Guadiana entre los años 1981 y 2000 (excepción hecha de un breve resurgimiento en 1991) fue el preludio del óptimo caudal actual, gracias sobre todo a la incorporación de valiosos afluentes.
¿Tiene algún valor nuestra actividad? Es fácil contar las semillas de una manzana pero resulta imposible prever las manzanas que van a surgir de una sola semilla. Siempre es mejor sembrar que recolectar porque esto último no sería posible sin la siembra.
Es posible pues y deseable que la información, opiniones y conceptos vertidos en las Jornadas resulten útiles. Pero hay otro valor, para mí mucho más importante: el de establecer lazos de afecto entre los organizadores y asistentes.
Reuniones. He asistido a infinitud de reuniones aisladas, sin continuidad, hablando unos por su lado y otros por el suyo, no coincidentes. Todos con el semblante de estar convencidos de que el acto es absolutamente inútil. Alguna vez pedían mi opinión… ¿mandeee?… y contestaba algo así como “Teniendo en cuenta el contexto y las circunstancias concomitantes hemos de hacer un esfuerzo por coincidir en lo factible, coincitando las especificidades complementarias del entorno como oportunidades de reacción activa y logro de la excelencia” (Aparatosas cabezadas de aprobación).
Pero, volviendo a citar a Svedberg y sus sistemas dispersos, añado: La vida es coloidal. Cada uno de nosotros (moléculas) estamos inmersos en un Espacio/Tiempo, sometidos al imprevisible movimiento browniano. Trayectorias en zig-zag, fortuitas, inesperadas que nos hacen contactar unos con otros con una mínima capacidad de control sobre estos “encuentros”.
¿Cómo se puede estabilizar una solución coloidal? ¿Aumentando la viscosidad del entorno? ¡Bastante viscoso ya está! Mucho mejor aprovechar y estimular los “enlaces” que se van formando cuando los encuentros son repetitivos. Así ha sucedido en nuestro GPA; personas con las que hubiéramos coincidido de Pascuas a Ramos en reuniones de usar y tirar, con surcos tan breves y superficiales como los que traza la estela de un barco, nos hemos ido conociendo y estimando a lo largo de años. Y este valor de la amistad y el afecto sobrepasa con mucho el valor de las Jornadas en sí.
1971: En aquel tiempo todavía conservaba la virginidad de los dogmas científicos y todavía creía en la tranquilizadora estabilidad del átomo de Bohr. Eran otros tiempos, ya periclitados, en los que las series de Fourier eran serias y un romántico estremecimiento acompañaba la síntesis de Friedel-Krafts. Mas, ay!, aquellos tiempos han cambiado y el futuro ya no es el que era.
Hoy estoy instaurado en la Duda Continuada y, por si fuera poco, forrado de achaques y alifafes. No lamento las dolencias pues pueden dar lugar a descubrimientos geniales o a filosofías fundamentales. Recuérdese si no el chichón que le causó a Newton una manzana. O la cojera de Descartes que le permitió afirmar con consuelo: “¿Cojito? Ergo sum”.
Los achaques me han obligado a poner distancia (sólo física) con el GPA pero en mi Duda Continuada no cabe la revisión del afecto, cariño, estimación y cordialidad que os profeso. Y que sé (¡Dios os la pague con hijos!) es mutua.
Un abrazo coral + 2 besitos a las chicas (2 para que sean cristianos: “Cuando te besen en una mejilla, pon la otra”)
Robert