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Opinió personal
Opinión personal
Personal opinion
Fernando Cardenal, sj
Algunos me oirían decir antaño: si tuviera que canonizar
a algún vivo, sería Fernando Cardenal. Hombre sencillo,
directo, limpio y comprometido. Uno de los apellidos
más señoriales de Nicaragua. En sus memorias cuenta
que, estando en Ecuador, donde había ido a estudiar
humanidades, se topó directamente con la pobreza y
prometió dedicar toda su vida al servicio de los pobres.
Esa promesa se activó luchando contra la dictadura de
Somoza, movilizando la generosidad de muchos jóvenes
(algunos de los cuales dieron su vida, y no merecen ni
ser olvidados ni que su lucha fuera traicionada más tarde
por el sandinismo).
Tras la caída de Somoza y el triunfo del Frente Sandinista,
fue nombrado ministro de Educación (su hermano
Ernesto, el poeta, lo era de Cultura), y puso en marcha la
famosa
cruzada de alfabetización
, hacia 1980. Coincidí por
aquellos días con algunos jóvenes alfabetizadores en los
poblados del norte de Nicaragua (por Ocotal y Estelí). Vi a
Fernando tenso, agotado, con dolores de cabeza, porque
los exsomocistas (que luego cuajarían en la tristemente
célebre Contra, subvencionada por el gobierno de R.
Reagan) incursionaban y asesinaron a algunos de esos
muchachos. Le recuerdo en una eucaristía comunitaria
(en Bosques de Altamira 14) pidiendo “que nuestros
obispos sean un poco más evangélicos”. En cinco meses,
Nicaragua pasó de más del 50% de analfabetos a menos
del 13%. Me pregunto hoy qué quedará de todo aquello.
Luego vino el conflicto con el Vaticano: Juan Pablo II
impuso al general de los jesuitas
que Fernando tenía que dejar
la Compañía de Jesús o tenía
que dejar de ser ministro
en un gobierno
comunista
.
Y la decisión final de
Fernando: “Si tengo que
equivocarme, prefiero
equivocarme con los
pobres, porque será una
manera indirecta de
acertar”.
Fue expulsado de la orden, pero consiguió permiso del
general para seguir viviendo en una comunidad jesuítica,
con este hábil argumento queme contó él mismo con una
deliciosa ironía imperceptible: como ministro tendré
casa propia, pero quisiera seguir dando testimonio de
Cristo con mi celibato, y sé que si vivo solo en una casa
buena, voy a tener muchas tentaciones…
El último desengaño fue la corrupción del Frente
Sandinista tras perder las elecciones en 1990, con la
piñata y el reparto de propiedades antes de dejar el
gobierno. Fernando abandonó el Frente, se enemistó
con Daniel Ortega y pidió… volver a entrar en la
Compañía. Hizo el noviciado en El Salvador, donde
tuvo como maestro al jesuita catalán Rafa Sivatte. Pasó
luego a llevar en Nicaragua la organización Fe y Alegría,
dedicada a la escolarización popular y la promoción social
en toda América Latina. Las palabras que pronunció el
día de su nueva incorporación definitiva a la orden eran
de una serenidad, de un amor a la Compañía y de una
ausencia de rencor que recuerdo que las leí varias veces,
y me sugirieron corregir la letra de la canción de Mejía
Godoy: “Ay, Nicaragua, Nicaragüita, la flor más linda de
mi querer, abonada con la bendita vida de Cardenal…
Porque ahora que estás sufriendo, Nicaragüita, él te
quiere mucho más”.
(N.B. En Google y en YouTube puede encontrarse un
pequeño vídeo de 7 minutos hecho con fotografías de
toda la vida de Fernando).
Fernando Cardenal, 1934 - 2015 (jesuita, educador y ministro
del gobierno sandinista)
José Ignacio González Faus, sj
Valencia, 1933, profesor emérito en la
Facultad de Teología de Catalunya y en varios
lugares de América Latina.
Prácticamente, mi primer libro fue
La
Humanidad Nueva. Ensayo de Cristología
(del
que acaba de salir una décima edición). Y el
último:
Utopía y espiritualidad.