Table of Contents Table of Contents
Previous Page  35 / 48 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 35 / 48 Next Page
Page Background

35

AIQS

News

75

Opinió personal

Opinión personal

Personal opinion

Fe y Alegría: una gran historia, suma de muchas pequeñas historias

Como todo aniversario, la celebración de los

50 años de Fe y Alegría ha sido un momento

privilegiado para compartir y celebrar —con

la mirada siempre puesta en el futuro—, para

descubrir cómo podemos seguir contribuyendo

para mejorar la educación del país. Pero, por

encima de todo esto, ha sido una ocasión para

recordar y reconocer el trabajo de muchas

personas, educadores y padres de familia, que

dedicarongranparte de su vida a la construcción

de esta gran obra.

Por este motivo, cuando decidimos organizar la

celebración del aniversario, quisimos preparar

una fiesta en la que todos participaran. La

mayoría de las celebraciones se concentraron

en el mes de mayo, mes que coincide con el

aniversario de la muerte del profesor Humberto

Portocarrero, considerado por muchos el

fundador de Fe y Alegría en Bolivia. Los actos

tuvieron tal resonancia que, por momentos, se

convirtieron en un acontecimiento nacional.

Una obra construida a partir de la generosidad

y del compromiso de muchas personas

Para entender cómo nació y creció esta obra, es

necesario volver sobre la historia de aquellas

personas que estuvieron dispuestas a donarlo

todo. La historia comienza con el P. José María

Vélaz, un jesuita nacido en Chile, pero de raíces

españolas, que fue enviado como misionero a

Venezuela. Allí comenzó la experiencia de Fe

y Alegría, en uno de los suburbios más pobres

de Caracas, con un grupo de estudiantes

voluntarios y gracias a la donación de Abraham

Reyes, un albañil del barrio que decidió poner a

disposición de sus vecinos la casa donde vivía

con su familia.

Hoy, el programa de Fe y Alegría está presente

en 18 países de América Latina y comienza a

extenderse congranaceptaciónenel continente

africano. En el caso de Bolivia, respondía a una

necesidad del país en aquel momento, donde

la cobertura escolar apenas alcanzaba el 30 %

en el área urbana y menos de la mitad en el

área rural. Pero tampoco puede obviarse el

impacto que tuvo en este crecimiento el hecho

de que, desde un principio, las escuelas de Fe y

Alegría fueran consideradas por el Estado como

“escuelas de convenio”

(“concertadas” en

otros países), con un presupuesto que supera

los 60 millones de dólares.

Para gran parte de la población boliviana, hablar

hoy día de Fe y Alegría es hablar de calidad en

la educación y, como consecuencia, muchos

padres siguen esforzándose para inscribir a

sus hijos en nuestras escuelas. Actualmente,

las escuelas de Fe y Alegría atienden a un 9,6 %

de la población en edad escolar y, según los

datos estadísticos bolivianos, uno de cada cinco

bolivianos ha tenido relación con el trabajo de

nuestra institución alguna vez en su vida.

Responsables de la innovación educativa en

Bolivia

Durante estos 50 años, Fe y Alegría se ha

convertido en un referente para la educación

de Bolivia. En gran parte, se debe a que, desde

su fundación, ha impulsado experiencias

innovadoras con la creación de nuevos modelos

educativos. No solo ha innovado en la Educación

Regular introduciendo el concepto de calidad,

sino que ha incursionado en nuevas áreas,

como la educación especial, la desescolarizada

y la intercultural bilingüe.