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AIQS
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A fons
A fondo
In depth
al IQS suele corresponder a una familia que tiene
actividad internacional, ya sea porque los padres
viajan por trabajo o por placer, y lo desean. También
son personas con un fuerte espíritu emprendedor,
con ganas de emprender proyectos empresariales
alentadores y disruptivos.
¿De ahí el lanzamiento del IQS Tech Factory?
Desde los años veinte, de las aulas del IQS han surgido
un montón de casos empresariales de éxito. Si bien
todo este apoyo que se iba dando desde la institución
no lo teníamos estructurado bajo ningún organismo.
El IQS Tech Factory es la pieza de engranaje que nos
faltaba para ayudar a poner en marcha proyectos
empresariales de base científica y técnica, y que
proponen nuevos modelos de negocio.
Usted que estudió en las aulas del IQS, se
licenció en la carrera de Ingeniería Química y
posteriormente cursó un doctorado, ¿qué consejos
daría a los estudiantes o a las futuras generaciones
que se incorporen al centro?
Mi etapa como estudiante en el IQS fue una de las más
felices de mi vida. Pasé diez años como estudiante
de la carrera y luego realizando el doctorado.
Personalmente, fui feliz, tuve un crecimiento
personal y profesional muy grande, a pesar de
que también trabajé muchísimo. Yo les diría que
aprovechen todas las actividades y las oportunidades
que les facilita el IQS. Que no se queden sólo con
las asignaturas obligatorias, sino que también
aprovechen, durante estos años, las actividades extra
que el centro les facilita, como el estudio de idiomas,
realizar investigación o prácticas empresariales
durante el verano, o vincularse a varias actividades,
como el emprendimiento, voluntariados, etc. Y, por
supuesto, vincularse a las redes de antiguos alumnos
para estar en contacto con otros profesionales del
sector, con quienes se puede hacer networking y
poner en marcha iniciativas conjuntas.
Pere Regull Climent, nacido en Barcelona
el 1960, es ingeniero químico IQS (1987),
doctor licenciado en Química (1993) por la
URL y MBA por Esade (1987). Al terminar
los estudios, además, ganó el Premio P.
Salvador Gil, en 1984, con su trabajo de fin de
carrera, y obtuvo un excelente cum laude en
su tesis doctoral, en 1987. Fue colaborador
de cátedra en el IQS, así como analista de los
Servicios Técnicos para la Industria, entre
1982 y 1986. En el año 2012 fue nombrado
director general del IQS por el Patronato IQS.
Una vida vinculada al IQS