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AIQS
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Reducir el tiempo por cálculos
numéricos, como, por ejemplo,
3,148,2, es una cuestión
fundamental para el progreso del
conocimiento. La aplicación de
logaritmos al cálculo numérico
fue la solución más antigua que
recuerdo personalmente, que
convertía las multiplicaciones
con sumas y restas, es decir, que
el ejemplo queda: antilog (antilog
(log log 3,14) +log 8,2)) = 11.880,18;
aun así, era poco ágil trabajar con
las mesas de logaritmos de 4 o
más decimales. Después usamos
ábacos y reglas de cálculo, de gran
popularidad en el segundo tercio
del siglo XX, al final del cual se
generalizó el uso de máquinas,
primero mecánicas y después
eléctricas, limitadas a las cuatro
operaciones básicas y con pocos
decimales.
En el año 1960, el Dr. Jordi Molina
(p. 1956) introdujo en el programa
de estudios del IQS la asignatura de
cálculo numérico e infinitesimal,
que complementaba las clásicas
matemáticas con conceptos más
adecuados a las necesidades de
investigación en ingeniería química
y fisicoquímica. En esta línea de
progreso, en el año 1963 se instaló
en el IQS una calculadora analógica,
con notables dificultades para evitar
las interferencias electromagnéticas
dentro del edificio del IQS.
Al cabo de poco tiempo, las técnicas
digitales eliminaron el uso de los
enseres mencionados, gracias a
ordenadores electrónicos, que
rápidamente evolucionaron a
equipos de coste asequible, más
potentes y más sencillos de usar.
En el IQS, en el año 1965, se instaló
uno de los primeros ordenadores
que hubo en Cataluña, un IBM 1130,
con unas prestaciones que hoy
nos darían risa. El Dr. Luis Alberto
García Ramos (p. 1965) se encargó
de difundir los conocimientos
tanto de hard cómo de soft, y de
coordinar el acceso de las personas
interesadas, que prácticamente
fueron todos los profesores
y alumnos, y rápidamente se
extendió el uso de las TIC (entonces,
informática) entre los diferentes
departamentos del IQS y los
servicios externos.
Inicialmente, la entrada de datos y
la programación se hacía perforando
tarjetas y cintas. Recuerdo que los
alumnos entregaban los resultados
de las prácticas de análisis en una
tarjeta perforada. El siguiente paso
fueron los teclados, con los cuales
los usuarios nos comunicábamos
directamente con el ordenador.
Finalmente, aparecieron los
ordenadores de sobremesa y, ya
más recientemente, los portátiles
personales. Un progreso importante
fue la transmisión de señales
inalámbricas en sustitución del
cableado por todo el edificio.
Con la aplicación de las técnicas
digitales de cálculo, en el IQS
se hicieron investigaciones
importantes, como la medida y
cálculo digital del color, por el
profesor Dr. Lluís Condal, y la
iniciación de estudios sobre química
cuántica, por el Dr. Ramon Carbón,
que creó escuela primero en el IQS y
después en la Universitat de Girona,
en la línea de química teórica.
Por otro lado, la implantación
de instrumentación analítica
permite disponer de más datos
experimentales de un número
más grande de muestras, de las
cuales hay que poder deducir
la información y valorarla con
seguridad científica. El Dr. Xavier
Tomás (p. 1970), que ha colaborado
en la redacción de este artículo,
introdujo la aplicación de la
estadística al estudio de series
de datos químicos, es decir, la
quimiometría, definida, a partir
de la segunda mitad de los años
setenta, como ‘la rama de la
La disponibilidad de datos experimentales de un mismo tipo de muestra
a lo largo del tiempo o del espacio permite deducir información sobre
la evolución de un parámetro y establecer correlaciones con otras
características, todo gracias a la aplicación de las modernas tecnologías
de cálculo que con la base de la estadística han facilitado el desarrollo
de la QUIMIOMETRÍA, especialidad que encuentra aplicaciones tanto en
la vertiente de la investigación como en la industrial, y permite optimizar
los procedimientos de trabajo y garantizar las decisiones operativas.
QUÍMICA + CÁLCULO = QUIMIOMETRÍA