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AIQS

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Flaixos

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News in Brief

¿Has escrito más cosas relacionadas

con tu afición a correr?

Sí, tengo crónicas de las pruebas más

emblemáticas, como mi primera

carrera, mi primer maratón, el

maratón en París, en Berlín y una

del maratón del desierto del Sáhara,

además de carreras menores pero

con un gran significado para mí.

Escribir todo esto es mejor que

cualquier fotografía o vídeo: el

recuerdo es mucho más vive y

exacto. Es más fácil enseñar fotos

a los amigos, pero yo les enseño

crónicas, que despiertan más

emociones que las imágenes, y

esto que no tengo el talento de un

literato. Pienso que no es cierto

que una imagen valga más que mil

palabras: si sabes usar las palabras,

no hay imagen que las supere.

Entiendo que Nueva York es

todo un reto para cualquier

maratoniano. ¿Qué otros retos de

futuro te has marcado?

No te pienses que es un reto para

superar, sino más bien un hito.

Y para explicarte cómo veo mi

futuro tengo que decirte que hay

una etapa inicial, en este deporte,

en la cual sólo quieres mejorar

marcas y participar en determinadas

competiciones. Es la etapa que un

amigo mío define como marquitis

y en la que, además, quieres hacer

los hitos principales de muchos

corredores. Cuando ya has hecho

estas competiciones, cuando ya no

puedes mejorar marcas (más bien

van empeorando), cuando entras

en una rutina de entrenamientos y

competiciones, entonces tomas la

decisión de no mirar el cronómetro

y disfrutar de este deporte sin

presiones.

Yo he llegado hace poco más de

un año a esta segunda etapa, en

la que corro para vivir mejor, para

disfrutar de los amigos y para ir a las

competiciones que me hacen ilusión.

Mi entrenador dijo de mí: “Te va

la carrera como la vida misma, la

necesitas”. De todos modos, estoy

pensando en un maratón nórdico,

como la de Estocolmo, o quién sabe

si una mucho más al sur, como el

maratón de la Antártida. Aventuras

sin presiones.

Y, hablando de la faceta

profesional, ¿a qué te dedicas,

actualmente?

Hace doce años creé con mi socia

la empresa Asesoría y Validación,

S.L. que se dedica a la redacción y la

ejecución de protocolos de validación

para industrias de ciencias de la

vida (farmacia, producto sanitario,

veterinaria, cosmética, etc.). Es

una consultoría especializada en

proporcionar servicios de validación,

apoyo técnico y gestión de proyectos

en las empresas que tienen que

trabajar en un entorno de calidad.

Somos una empresa de once

técnicos donde yo, además de la

gestión, también redacto y ejecuto

protocolos.

Antes de llegar a este puesto, ¿por

qué otras empresas has pasado?

Empecé en 1989 en Givaudan Ibéric

como jefe de Mantenimiento, y

tengo muy buenos recuerdos del

ambiente y del trabajo que hacía.

Un año después, me ofrecieron

la oportunidad de trabajar como

ingeniero de proyectos en Dumez

Copisa, donde estuve tres años y

aprendí a diseñar aire acondicionado,

instalaciones eléctricas, de gases,

salas limpias, sistemas de control,

etc. Las instalaciones de control me

entusiasmaron e hice algunos cursos

por mi cuenta. Gracias a esto, me

contrataron en Sauter Ibérica para

ir a Basilea (Suiza) y colaborar en

el desarrollo de un nuevo sistema

de control distribuido para la

distribución de agua. Gracias a mis

conocimientos en control, tres años

más tarde me contrataron en una

empresa de validaciones para validar

sistemas de control a la industria

farmacéutica, y aquí descubrí que me

gustaba redactar. Seis años después,

constituía la empresa en la cual estoy

ahora.

¿Recuerdas alguna anécdota de tu

paso por el IQS?

Tengo muy buenos recuerdos de

aquellos años: de los compañeros,

los profesores, el laboratorio y, sobre

todo, de los compañeros de teatro.

Creamos un grupo de teatro para la

fiesta de Sant Albert y nos hicimos

cargo de las representaciones de

aquel día. Recuerdo una imitación

que representamos del gag de la

isla del Tricicle y también un gag

sobre el oeste americano, que

no tuvimos tiempo de ensayar

y lo improvisamos. Fue cómo

presentarse a un examen sin estudiar

y que te pusieran un diez, porque

salió mejor que el gag de la isla.

Después continuamos los ensayos

para otra obra que no se llegó a

representar nunca. Todavía tengo

el libro: La paz vuelve a Atenas, de

Rodolf Sirera.

“Hace doce años

creé con mi socia la

empresa Asesoría

y Validación, S.L.

una empresa que se

dedica a la redacción

y la ejecución

de protocolos de

validación para

industrias de

ciencias de la vida”

De la AIQS desde el 1989

“Desde el momento que salí

del IQS, hacia el 1989, quise

mantener el contacto con el

Químico. Para mí es importante

no perder mis buenas raíces. Me

dan alas para volar más lejos y

puedo decir que el IQS me ha

dado estas alas.”