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Així són
Así son
The way they are
otra vez, en este caso a Canadá, como
presidente de la empresa. Era una
propuestadifícilderechazar. Siempre
he tenido admiración por este país y
la oferta era como un sueño hecho
realidad. Por otro lado, a diferencia
de cuando fuimos a Turquía, ahora
nuestros hijos ya tenían que ser parte
de la decisión, porque tenían 16 y 18
años. Finalmente, todos estuvimos
de acuerdo.
Después
del
Canadá,
¿tiene
intención de volver a Barcelona?
Pues, justamente se acaban de
anunciar cambios a la organización
europea de BASF, y también que a
partir de enero del 2016 vuelvo a
Barcelona para hacerme cargo de
las actividades de BASF en España y
Portugal.
¿Qué es el que más añora de su país
natal?
Añoro, sobre todo, la familia y los
amigos, y también la manera como
las personas se relacionan entre
ellas. El Canadá es un país de gente
amable y educada, pero, comparado
con Cataluña, más frío en las
relaciones personales.
¿Qué cosas de España y los países
donde ha vivido juntaría para hacer
una combinación perfecta?
El clima, la alegría de vivir y la comida
de España; el entorno fascinante
de Estambul y el carácter optimista
de los turcos ante las adversidades,
y el respeto por la diferencia y la
multiculturalidad de Canadá.
¿Enqué loha influidopositivamente
la experiencia al exterior? ¿Lo
recomendaría a otras personas que
se estén planteando hacer un giro
internacional a su vida?
Estoy convencido que vivir en el
extranjero estos ocho años me ha
ayudado a ser mejor persona. Te das
cuenta que el mundo esmás complejo
que el que leemos cada día en
La
Vanguardia
sobre nuestra casa, y que
hay muchas maneras –correctas–
de hacer las cosas. La perspectiva
que ganas te hace ver la realidad de
una manera diferente, quizás más
objetiva. La expatriación no es una
experiencia para todo el mundo.
Es esencial que la experiencia sea
positiva para toda la familia, no sólo
para el profesional expatriado. Si la
familia está de acuerdo y la empresa
ofrece
condiciones
razonables
en el país de destino, es algo
recomendable. Ahora bien, hay que
tener presente que marchar afuera
tiene el riesgo de cambiarte la vida
por siempre jamás...
¿Puede
explicarnos
alguna
anécdota derivada de la situación
de extranjero en los lugares donde
ha vivido?
Tengo dos. Por un lado, el tráfico, en
las grandes ciudades donde hemos
vivido, siempre ha sido fuente
de situaciones especiales. En las
autopistas que rodean Estambul
veía a menudo conductores dando
marcha atrás cuando encontraban
un atasco y acababan de pasar una
salida. La gente continuamente
usaba el claxon. En el Canadá, en
cambio, casi nadie pita a los otros
conductores, y en tres años puedo
contar con los dedos de una mano las
veces que alguien se me ha cruzado
bruscamente delante. Por otro lado,
a principios de nuestra estancia en
el Canadá, siempre decíamos buenos
días al entrar en los ascensores,
especialmente en los del bloque
de pisos donde vivimos. Tardamos
muy poco a darnos cuenta que los
ciudadanos de Toronto prefieren no
decir nada cuando entran o salen de
un ascensor. Todavía hoy en día lo
encontramos extraño.
“Añoro sobre todo la
familia y los amigos,
y también la manera
como las personas
se relacionan
entre ellas”
“Es esencial que
la experiencia sea
positiva para toda
la familia, no sólo
para el profesional
expatriado.”